1. Introducción
En
el siglo XIX, la epidemia del cólera azotaba a Europa, por lo que se comenzaron
a construir sistemas de alcantarillado que garantizaran la salud pública. Sin embargo
las cloacas terminaban desechando las aguas residuales directamente en corrientes, lagos y estuarios,
sin tratarla previamente. Las poblaciones fueron creciendo y se siguió
contaminando los cuerpos de agua hasta que se rebasó su capacidad de autodepuración,
y las condiciones de los lagos y estuarios fueron deplorables, resultando en focos de infección y vectores. La población se
dio cuenta que solo trasladaron el problema de lugar, la situación precaria de
salubridad llevó a la humanidad a estudiar los fenómenos de autodepuración de
los lagos. Estas investigaciones asentaron los fundamentos del tratamiento de
aguas residuales a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Ya por 1920 se fueron perfeccionando los
sistemas de tratamiento de aguas residuales, y para 1960 los sistemas dejaron
de ser empíricos, debido a que se formularon y cuantificaron los procesos originales.
El
tratamiento de aguas residuales es una operación clave para mantener el
equilibrio y la capacidad de autodepuración del cuerpo de agua receptor. Existiendo diversas operaciones unitarias involucradas.
La elección de las operaciones unitarias que conformaran el tren de tratamiento
dependerán de las características del efluente, siendo factores fundamentales:
el pH, la temperatura, el flujo volumétrico, su procedencia, la concentración de materia orgánica, el
contenido de sólidos, y las propiedades físico-químicas del material
contaminante.
2. Tratamiento de Aguas Residuales
2.1 Tratamiento primario
La primera etapa de un sistema de tratamiento de residuos
líquidos incluye normalmente, la separación de sólidos y material no disuelto
(ej.: grasas, coloides), neutralización de pH, regulación de caudal y
estabilización térmica. La variedad de sistemas disponibles comercialmente es
muy amplia para una completa revisión aquí. Los sólidos más gruesos se eliminan
a través de cribaje, mientras que aquellos de menor tamaño se eliminan usando
mecanismos de sedimentación o flotación. Los principios básicos se revisan a
continuación. Primeramente, será necesario neutralizar y estabilizar el flujo y
composición del efluente.
2.1.1 Neutralización de pH
Se aplica cuando el efluente tiene un pH fuera de los límites
aceptables. Normalmente, se usan ácidos (o bases) para llevar el pH a un rango
cercano a 7. En aquellos casos donde existan líneas ácidas y básicas de
concentraciones similares, será posible neutralizarlas mezclándolas con
anterioridad al tratamiento primario.
2.1.2 Estabilización de flujo
Normalmente, el flujo y composición de los residuos líquidos
presenta enormes variaciones durante la operación rutinaria de la planta,
reflejando diferentes operaciones que tienen lugar durante el proceso (ej.:
lavado de los reactores). Ello puede presentar serios problemas,
particularmente para las operaciones de tratamiento secundario, que se
caracterizan por ser procesos muy lentos, cuya eficiencia es muy sensible a las
variaciones de flujo y concentración.
Para garantizar un flujo y carga lo más constante posibles
se puede usar un tanque de almacenamiento (homogeneizador), con un tiempo de
residencia lo suficientemente largo como para amortiguar las variaciones. El
tiempo de residencia (normalmente, entre 4 y 24 horas) está determinado por las
características de operación de la planta, la biodegradabilidad del material
orgánico y el tipo de tratamiento secundario.
Un tiempo de residencia muy largo, implicará un tanque de
mayor volumen (es decir, mayor costo), y puede dar lugar a crecimiento
microbiano, malos olores, etc.. Cuando se trate de volúmenes de líquido muy
grandes (ej.: miles de m3), se puede usar lagunas de estabilización.
La segregación de las líneas residuales de mayor contenido
orgánico (que requieren de tratamiento secundario) puede resultar en una
substancial disminución del flujo, con la consiguiente reducción del volumen
del tanque de retención.
2.1.3 Eliminación de sólidos gruesos
Los sólidos gruesos flotantes (ej.: astillas, corteza), pueden ser
eliminados a través de cribas o tamices. Se debe especificar la anchura del
canal y de las barras de la criba, sobre la base de la velocidad requerida para
evitar la sedimentación de los sólidos. Dicha velocidad de flujo a través de la
criba debe exceder 0,5 m/s, lo cual requiere de una adecuada selección de la
anchura del canal. Los sólidos son removidos mecánicamente (dragas), en forma
continua.
Las arenas y gravas se deben eliminar para evitar la abrasión.
Un desarenador bien diseñado debe remover al menos 95% de las partículas con
diámetro mayor de 0,2 mm. Para evitar la eliminación de materia orgánica, que
puede producir descomposición posterior, se usa una velocidad de 0,3 (m/s), que
permite eliminar los sólidos inorgánicos, pero no los orgánicos.
Otros diseños incluyen desarenadores aireados, donde el aire
produce corrientes suaves que impiden la sedimentación de materia orgánica,
pero no de la inorgánica.
Sedimentación primaria: Se debe retirar los sólidos suspendidos (0,05-10 mm en diámetro),
cuando estos están presentes en gran cantidad. No es esencial removerlos antes
del tratamiento biológico, pero su separación física (primaria), puede conducir
a la eliminación de un 30-40% de DBO (dependiendo de la biodegradabilidad de
los sólidos). Así, se puede reducir la carga orgánica para el tratamiento
biológico, y reducir la cantidad de lodos biológicos generados. La
sedimentación es, por lo tanto, el proceso de tratamiento de aguas más usado.
Un tanque ideal debe tener 4 características:
• La zona de entrada debe facilitar la reducción y
uniformización de la velocidad del efluente.
• Un canal de salida, para captar el líquido clarificado,
con trampas para el material flotante (ej.: aceites).
• Una zona de sedimentación que representa la capacidad del
tanque. En esta zona tiene lugar la sedimentación, y no debe presentar
cortocircuitos o áreas estancadas.
• Una zona de almacenamiento y eliminación de los
sedimentos.
La sedimentación ocurre debido a la acción de la gravedad. El
tamaño y la densidad de las partículas son factores importantes en el resultado
final de la operación. Algunas partículas mantendrán su identidad durante la
sedimentación (discretas), mientras que otras van a flocular (partículas
floculantes). En general, la velocidad de sedimentación de partículas, es
directamente proporcional al cuadrado del radio, y a la diferencia de densidad
entre el sólido y el líquido.
2.1.4 Flotación
La flotación se usa para eliminar sólidos y material no disuelto
agregando burbujas de aire para lograr una densidad aparente menor que la del
líquido. También se utiliza para concentrar los lodos.
1)
Flotación con
aire disuelto (FAD): Al agregar aire
bajo presión, se forman millones de microburbujas (diámetro 0,02-0,1 mm) que se
meten dentro de los flóculos, o se nuclean alrededor de los sólidos
suspendidos, o quedan atrapadas en los flóculos durante su formación
(especialmente cuando se agregan agentes coagulantes o floculantes). La
densidad aparente del conglomerado disminuye, y flota en la superficie
La flotación es muy usada en
la separación y recuperación de fibra celulósica, grasas, carbohidratos y
proteínas. Presenta menos riesgo de malos olores, ya que la aireación evita la
descomposición anaeróbica del material biodegradable.
2)
Electroflotacion: El
equipo consiste en un tanque (que actúa como cátodo) y varios ánodos. Se aplica
directamente una corriente, usando un voltaje de 10-15 volt. Los cationes
formados en el cátodo neutralizan las cargas negativas de las partículas, las
que coagulan y luego son flotadas por las microburbujas formadas
electrolíticamente. La carga eléctrica de las substancias coloidales y
emulsificadas de origen industrial es generalmente negativa. El proceso de
electroflotación neutraliza eléctricamente las cargas de las partículas, las
que pueden flocular y ser llevadas a la superficie por microburbujas de oxígeno
e hidrógeno que se forman por acción electrolítica. Permite tratar aguas con
concentraciones de sólidos flotantes de 9-12%, comparados con 3-5% en el caso
de la FAD, sin que se requieren agentes floculantes, ni reciclo. Sin embargo,
pueden existir problemas de corrosión en el ánodo.
Típicamente, el tiempo de
residencia en la electroflotación está en el rango 7-12 min, con un consumo de
electricidad estimado en 0.5 kWh/m3. El tamaño típico de una unidad de
electroflotación permite tratar un flujo de 3000 m3/día.
2.2 Tratamiento secundario
El material orgánico solubilizado o en estado
coloidal, puede ser utilizado como fuente de carbono por parte de
microorganismos existentes en el medio, transformándolos en subproductos
volátiles y en componentes celulares. A su vez, las células microscópicas
pueden ser separadas del efluente, utilizando técnicas de separación sólido/líquido.
Estos principios son utilizados en los
sistemas de tratamiento biológico de efluentes contaminados con material
orgánico bioutilizable. Las diferencias entre los diferentes procesos, se
manifiestan en el tipo de microorganismos utilizados, la configuración de los
biorreactores, su modo de operación y el tipo de actividad biológica presente.
En estos sistemas, los contaminantes
orgánicos son degradados por organismos que los transforman en compuestos más
sencillos, de fácil eliminación (ej.: CO2, CH4) o incorporados al proceso de
síntesis de material celular y, por lo tanto, concentrados en la biomasa. Esta
última puede entonces ser eliminada con más facilidad por procesos de
separación sólido-líquido.
Los microorganismos juegan un
papel fundamental en los sistemas de tratamiento de residuos líquidos. Algunos
antecedentes básicos se presentaron en los capítulos iniciales. En términos
generales, los microorganismos heterótrofos necesitan carbono, nitrógeno,
fósforo y trazas de metales para llevar a cabo las reacciones metabólicas y
reproducirse. Dichos microorganismos se clasifican en aeróbicos y anaerobicos:
2.2.1 Sistema de tratamiento aeróbico
Los procesos aeróbicos de tratamiento de efluentes están diseñados
para acelerar los procesos de aireación natural y bioxidación del material
orgánico. Nos referiremos aquí a las lagunas de aireación, a los sistemas de
lodos activados (en sus variaciones más relevantes) y a los filtros biológicos.
En cada caso, se mostrarán las características operacionales básicas y los
parámetros de diseño de importancia. Ya que la aireación es de primera
importancia para los procesos aeróbicos, es necesario comenzar esta sección
revisando los conceptos básicos de aireación.
2.2.1.1 Aireación
Una gran parte de los costos de operación es debido al
consumo energético asociado con la aireación. Por lo tanto, es importante
diseñar y operar los sistemas eficientemente, para reducir el impacto
económico.
La transferencia de oxígeno en los sistemas aeróbicos puede ser
llevada a cabo de varias maneras, por ejemplo: mecánicamente, difusores de aire
comprimido, alimentación con oxígeno puro, etc. Sin embargo, no importando cual
sea el sistema, las leyes físicas que gobiernan la transferencia son comunes a
todas ellas. El modelo más usado para explicar la absorción de oxígeno en un
líquido supone que la velocidad de transferencia está limitada por la
resistencia difusional impuesta por la película líquida estancada, presente en
torno a la interfase gas - líquido.
Se recomienda utilizar lagunas en serie para permitir una mayor
estabilidad operacional, a la vez de que dicho arreglo ayuda a
"especializar" cada laguna, de acuerdo a las características del
afluente que recibe. Por ejemplo, la primera laguna recibe la mayor concentración
de DBO, por lo que tendrá requerimientos de aireación más altos; las lagunas de
las etapas finales presentarán bajas concentraciones de DBO y una mayor
proporción de N y P, lo que puede generar una mayor actividad fotosintética.
2.2.1.2 Sistema de Lodos Activados
El sistema de lodos activados es un sistema de tratamiento
biológico de mayor velocidad de degradación, debido a que se mantiene una alta
concentración de biomasa en el reactor. El sistema consta de dos etapas
básicas:
• Biorreactor aireado: Donde
la biomasa natural (lodos activados) degrada/metaboliza los componentes
orgánicos; se forman flóculos.
• Sedimentador: Donde
los flóculos (lodos) son separados del líquido clarificado y parcialmente
reciclados al biorreactor.
La existencia de reciclo de biomasa, implica mantener una
población microbiana más alta en el reactor, alcanzando mayores tasas de
conversión, para un volumen y tiempo de residencia (hidráulico) dado.
En un estudio preliminar, interesará determinar el volumen del
biorreactor, su configuración básica (flujo pistón vs reactor agitado), las
dimensiones del sedimentador, los requerimientos de aireación, y otros datos
operacionales básicos (razón de reciclo, concentraciones, etc.).
Este tipo de sistemas incluye una amplia gama de diseños,
de acuerdo a su configuración, método de aireación y características
operacionales. Básicamente, las aguas residuales se ponen en contacto con una
población de microorganismos en un biorreactor, bajo condiciones aeróbicas. Los
microorganismos consumen el material orgánico disuelto y suspendido. El
efluente del reactor se alimenta a un sedimentador (u otro sistema de
separación sólido-líquido), donde se obtiene el efluente final clarificado,
mientras que los flóculos microbianos (lodos) son concentrados y reciclados
parcialmente al biorreactor.
En el reactor, la materia orgánica disuelta se elimina
rápidamente, debido a adsorción en los flóculos y aglomeración del material
orgánico suspendido. La degradación metabólica del material orgánico tiene lugar
más lentamente, por acción de los microorganismos presentes. En este proceso,
parte del material orgánico se oxida a CO2 (mineralización) y parte se
convierte en nueva masa celular (asimilación). Parte de la masa microbiana
muere y se descompone regenerando el material orgánico disuelto. Los lodos
desechados representan la cantidad neta de biomasa producida por asimilación
2.2.1.3 Filtros Biológicos
Los sistemas de tratamiento biológico basados en
microorganismos inmobilizados en matrices inertes se caracterizan por tener una
gran concentración de biomasa y son muy simples de operar. Su eficiencia
depende de una buena distribución del material orgánico, del estado de la masa
microbiana y de la circulación de aire a través del lecho. Generalmente, el
aire circula por convección, debido a las diferencias de temperatura que se
generan debido a las reacciones bioquímicas exotérmicas.
Los lechos más sencillos son de roca o escoria de 3-10 cm,
con filtros de hasta 3 m de profundidad. En la actualidad existen medios
sintéticos más livianos, de gran área específica, lo que permite construir
biorreactores de alturas de hasta 12 m.
La nueva masa celular formada es arrastrada por el efluente y
separada en un sedimentador secundario. En muchos casos, parte del efluente
clarificado se recircula. Normalmente, el líquido se introduce mediante brazos
de alimentación mecánicos.
2.2.1.4 Clarificadores Secundarios
Todos los procesos de tratamiento biológico de efluentes
generan biomasa, a una tasa de alrededor de 0,5 (kg biomasa/kg DBO removido).
Los microorganismos representan la carga orgánica de la corriente original,
metabolizada en formas orgánicas más concentradas y de mayor peso molecular.
Las bacterias y protozoos floculantes deben ser separados del efluente antes de
que éste sea emitido a los medios receptores. Dicha separación normalmente se
logra usando sedimentadores (clarificadores) u otras operaciones para la
separación sólido-líquido.
El diseño de dichos clarificadores no es sencillo, dado que es una
sedimentación Tipo 3. Para lograr una separación satisfactoria es necesario
usar procedimientos de diseño basados en datos experimentales sobre las
características de sedimentación de los lodos biológicos. Generalmente, los
sedimentadores secundarios requieren tiempos de residencia del orden de 4
horas. Se debe evitar que los microorganismos permanezcan mucho tiempo en el
clarificador y puedan generar una gran actividad metabólica, ya que ello
dificulta su sedimentación.
2.2.2 Procesos anaeróbicos
Aún
cuando los procesos aeróbicos han monopolizado el tratamiento secundario de las
descargas industriales, en la actualidad existe un enorme impulso para
aprovechar los avances experimentados en el procesamiento anaeróbico. El
proceso anaeróbico se usa masivamente en el tratamiento de los lodos producidos
por los procesos aeróbicos; de esta manera se reduce el volumen final de los
lodos, se estabilizan biológicamente (eliminación de patógenos) y se aprovecha
parte del potencial energético.
Entre
las ventajas de los procesos anaeróbicos se puede citar:
•
Integración energética (produce CH4, 0,35 (m3 std/kg
DBO removido)).
•
Menor producción de biomasa (1/3-1/5 de lo que genera un proceso aeróbico).
•
Menores requerimientos de nutrientes inorgánicos.
•
No se requiere aeración; menores costos energéticos.
•
Se pueden dejar sin uso por largos períodos (1-25 año) y se reactivan
rápidamente (1-3 días).
•
Resistente a choques orgánicos.
Entre
sus principales limitaciones, se pueden mencionar:
•
Menor tasa de eliminación de DBO por unidad de biomasa.
•
La puesta en marcha inicial puede demorar meses (1-6 meses).
•
La retención de biosólidos es crítica, debido a la baja tasa de producción de
lodos (0,04-0,08 kg/kg DBO).
•
Debido a las condiciones reductoras, se producen también muchos otros
compuestos (H2S,
mercaptanos, ácidos orgánicos y aldehídos) produciendo corrosión y malos
olores.
•
Sensible a ciertos inhibidores y compuestos tóxicos (ej.: O2, H2O2, Cl2, H2S, HCN,
SO3-).
La
degradación anaeróbica es un proceso de biodegradación en múltiples etapas, que
incluye un amplio rango de bacterias, las cuales se pueden agrupar en 3
categorías:
•
Los compuestos de alto peso molecular (ej.: proteínas) sufren primero
hidrólisis y son transformados en moléculas simples (azúcares, glicerol, etc),
las que luego son convertidas en ácidos orgánicos, H2 y CO2 por
las bacterias acidificantes.
•
Los ácidos mayores son entonces convertidos a ácido acético e H2 por
las bacterias acetogénicas.
•
La etapa final (metanogénesis) incluye a tres tipos de bacterias que
metabolizan CO2, H2, metanol, ácido fórmico y ácido acético a
metano.
Cuando
se encuentra presente S inorgánico, la bacteria reductora Desulfovibreo usa
el sulfato o sulfito como receptor de electrones, produciendo H2S y CO2. La
presencia de SO4- y SO3- limita la eficiencia del sistema, ya que
las bacterias reductoras de S y las metanogénicas compiten por el mismo tipo de
fuente energética (ácido acético). La producción de metano se puede reducir en
0,7 m3 por
cada kg de S reducido.
En
la mayoría de los casos, el tratamiento anaeróbico se aplica a líneas de
residuo segregadas, con alta concentración de DBO. En muchos casos, se ha usado
como una primera etapa de tratamiento, antes de un procesamiento final
aeróbico. La temperatura es muy importante: los organismos anaeróbicos más
eficientes son mesofílicos o termofílicos. El rango 32-36oC es el
más común industrialmente. Las necesidades energéticas se pueden suplir con
parte del CH4
generado.
Los
requerimientos de N y P son mucho menores que en el proceso aeróbico (en
algunos casos,
los
efluentes no contienen suficiente N y P y se necesita agregarlos). El pH óptimo
para maximizar
el
CH4 es
7-7,5. Bajo pH 6 y sobre 8,5 la producción de CH4 cesa.
En
la práctica existen 5 configuraciones anaeróbicas en uso: lagunas anaeróbicas,
sistemas de
contacto,
sistema anaeróbico de flujo ascendente y manto de lodos (UASB), biofiltro
anaeróbico y
lecho
fluidizado. Estos sistemas se revisan brevemente a continuación.
Lagunas
Anaeróbicas: Son el sistema anaeróbico más antiguo en uso
(desde los años 40). La laguna está cubierta con material plástico para
mantener condiciones anóxicas, recolectar el CH4 y controlar los malos olores.
Las bacterias anaeróbicas se desarrollan y permanecen suspendidas gracias a la
convección producida por los gases generados. Se puede mejorar la agitación con
agitadores de baja velocidad y reciclo de sólidos. Es importante permitir
cierto grado de sedimentación para facilitar la hidrólisis y degradación de los
sólidos suspendidos. El CH4 se colecta en varios puntos; se mantiene
una presión negativa dentro de la cubierta para mantenerla en contacto con la
superficie del agua. Las lagunas anaeróbicas son ideales para tratar efluentes
con alta concentración de sólidos suspendidos (como podría ser el caso en muchas
plantas celulósicas de pulpa mecánica y semiquímica), ya que los sedimentos
pueden permanecer por largos períodos en el reactor, permitiendo su
degradación. Las lagunas anaeróbicas permiten tratar los lodos residuales de
tratamientos aeróbicos a muy bajo costo. Permite también estabilizar el flujo
de los efluentes debido a su gran volumen. Desgraciadamente, las lagunas
requieren grandes extensiones de terreno, debido a la baja velocidad de las
reacciones anaeróbicas (7-10 días de retención), y se pierde calor debido a la gran
superficie externa.
Proceso
Anaeróbico de Contacto: Es similar a un proceso de Lodos
Activados pero en condiciones anaeróbicas. La reacción tiene lugar en un
reactor agitado, donde se incluyen los nutrientes requeridos, con control de T
y pH. El efluente pasa a un tanque desgasificador donde se permite flocular a
la biomasa antes de entrar a un sedimentador, que permite reciclar parte de la biomasa
para mantener una alta concentración de biomasa en el reactor. Una ventaja
adicional es que los sólidos adsorbidos en los lodos biológicos tienen largos
tiempos de residencia permitiendo su hidrólisis. Se ha medido cargas orgánicas
de 1-2 (kg DBO removido m−3 día−1), a un 90% eliminación y 35oC.
Sistemas
de Flujo Ascendente (UASB): Desarrollado en Wageningen
(Paises Bajos) en los años 70. Es uno de los avances más espectaculares en
sistemas anaeróbicos de alta tasa. Las bacterias forman gránulos densos que
tienden a sedimentar y se mantienen como un manto en el fondo del reactor. La
alimentación entra por la parte inferior del reactor. Sobre el lecho existe una
zona de manto más floculado (3-10 kg lodos/m3). En el tope del reactor hay un
separador de fases, para separar el biogas de los sólidos atrapados en las
burbujas ascendentes. Algunas variantes incluyen reciclo. Las principales
ventajas del UASB son: - Tiene una puesta en marcha rápida, cuando se usa un
inóculo obtenido de una planta existente.
- Existe una alta retención de sólidos, lo que permite tratar aguas con
contenido orgánico bajo 0,4 (kg DBO/m3).
- Se puede utilizar una carga orgánica de 3,5-5 (kg DBO removido m−3 día−1), a
35oC.
Filtros
Anaeróbicos: Los filtros anaeróbicos no han encontrado
gran acogida en la industria, debido al alto costo del empaque sintético, a
pesar de que hay casos exitosos en el sector de bebidas alcohólicas (ej.:
Bacardi, Puerto Rico, ha operado contínuamente un filtro de 9200 m3, desde
1981). El concepto es similar al de un filtro aeróbico. Puede operar con cargas
orgánicas en el rango 4-15 (kg DBO m−3 día−1).
Lechos
Fluidizados: Las bacterias están adheridas a la superficie
de partículas de arena, y son mantenidas en suspensión. Es el proceso
anaeróbico de alta tasa con mayor carga volumétrica: 17-40 (kg DBO m−3 día−1) y
80-90% eliminación de DBO.
Eliminación
de S: El S inorgánico es uno de los principales problemas en la
implementación de sistemas anaeróbicos en la industria de celulosa y otros
sectores que producen efluentes con contenidos de azufre. Esto se puede
mitigar, ya sea reduciendo su presencia en las aguas antes del tratamiento
anaeróbico, o usando sistemas en dos etapas. En la primera etapa se produce
principalmente H2S el cual puede entrar en un ciclo de oxidación posterior
a SO2,
mientras que en la segunda etapa se produce la metanación.
Degradación
Anaeróbica de los Lodos de Aireación: Hasta
ahora, el principal uso de los sistemas anaeróbicos es el tratamiento de los
lodos generados en los procesos aeróbicos. Esto reduce el impacto ambiental de
las descargas de lodos de aireación (ej.: lodos activados), ya que los
estabiliza biológicamente, elimina los patógenos y reduce su volumen final. La
digestión anaeróbica de los lodos se hace en el rango mesofílico (35oC). Las
características de este proceso son:
Material
volátil alimentado: 1-2 (kg material volátil m−3 día−1)
Sólidos
suspendidos alimentados: 1,5-2,1 (kg sólidos suspendidos m−3 día−1)
Destrucción
de sólidos: 30-35% del inicial
Producción
de gas: 0,9-1,2 (m3/kg material volátil destruido)
Poder
calorífico del gas: 22.400 (kJ/m3 gas)
Si
el diseño es adecuado, se puede lograr que el metano provea la energía no sólo
para el control de temperatura en la digestión, sino que también para la
aeración en los sistemas aeróbicos presentes en la planta (turbinas de gas), u
otros requerimientos energéticos.
Finalmente,
los sistemas anaeróbicos ofrecen una serie de ventajas, sobre todo si son
usados en combinación con los tratamientos aeróbicos. Existe un gran esfuerzo
de investigación para estudiar la acción sobre efluentes recalcitrantes,
organoclorados, etc. La utilización de sistemas segregados permite visualizar
la implementación de sistemas biológicos adaptados a las características del
material orgánico a eliminar.
2.3 Tratamiento Terciario
En
esta categoría se incluye sistemas para eliminar otros contaminantes, tales
como: metales, nitrógeno, fósforo, compuestos coloreados, y compuestos no
biodegradables. Algunos de estos se describe brevemente a continuación.
Sistemas
biológicos para la eliminación de nitrógeno: El amonio
puede ser transformado en nitrato, utilizando bacterias nitrificantes en medio
aeróbico; el nitrato puede ser eliminado en una etapa posterior, bajo condiciones
anaeróbicas, donde bacterias denitrificantes lo transforman en N2
Oxidación
avanzada: Permite eliminar compuestos orgánicos tóxicos, compuestos
cromóforos u otros compuestos orgánicos no biodegradables: Se pueden utilizar
agentes oxidantes tales como ozono o peróxido de hidrógeno, que generan
radicales libres OH• altamente reactivos. En la actualidad se han implementado
estos agentes oxidantes en presencia de radiación UV o de un catalizar de TiO2
Carbón activado: La
adsorción en carbón activado se utiliza para eliminar metales, compuestos
orgánicos, y cromóforos. El contaminante se adsorbe en la superficie del
carbón; sin embargo, ello resulta en un residuo sólido que debe ser tratado.
Los carbones activados comerciales presentan un área especifica del orden de
1000 m2/g, con capacidades de adsorción en el rango 10-400 (g contaminante / kg
de carbón). El carbón se puede reactivar desorbiendo el contaminante utilizando
vapor o gases a alta temperatura.
Precipitación química: La
precipitación química en el tratamiento de aguas residuales implica la adición
de compuestos químicos para alterar el estado físico de compuestos disueltos y
de sólidos suspendidos, y facilitar la separación sólido/líquido. La formación
del precipitado permite adsorber moléculas orgánicas y metales disueltos, y
eliminar coloides.
Los
coloides (“sols”) son partículas suspendidas en agua de pequeño tamaño
(inferior a 0,5 μm) que forman dispersiones estables. Los coloides hidrofóbicos
son dispersiones de compuestos insolubles, mientras que los hidrofílicos son
soluciones de moléculas con dimensiones coloidales (polímeros, macro-moléculas)
que presentan grupos funcionales ionizables ( -COO-H+ , -SiO-H+ , -NH4+). Para
separar los coloides de una solución acuosa es necesario, por lo tanto,
desestabilizar las partículas coloidales e inducir la agregación. Para ello, se
requiere neutralizar o superar las cargas superficiales, mediante la adición de
cargas iónicas para neutralizar, ajuste de pH, o adición de polielectrolitos
que se quemisorben y actúan como puentes entre partículas.
Precipitación
de óxidos metálicos hidratados:
Los iones metálicos (Mz+) (ej. Ni, Cu, Pb, Al, Zn) en solución acuosa están
asociados a las moléculas de agua en diferentes grados de hidratación: La
precipitación de los óxidos metálicos hidratados ocurre a través de una
secuencia de etapas, a medida que el pH o la actividad del metal aumenta. El
precipitado se forma cuando se supera el producto de solubilidad.
Además, las especies metálicas iónicas pueden ser
adsorbidas sobre el hidróxido precipitado. Esta adsorción ocurre incluso contra
las fuerzas de repulsión electrostáticas, en un rango de pH crítico donde la
hidrólisis comienza. Por ejemplo, el Zn, Cu y Cd son fuertemente adsorbidos por
Fe(OH)3 precipitado a pH 8-9. A un pH dado, el grado de adsorción depende del
tipo de anión, de las concentraciones de las especies y del tipo de metal.
Hidrólisis ácida y alcalina: La degradación hidrolítica de
compuestos tóxicos o persistentes puede efectuarse en condiciones ácidas y
alcalinas, dependiendo de la naturaleza de tales compuestos.
Bibliografía
Valdez, E. C., & González, A.
B. (2003). Ingeniería de los sistemas de tratamiento y disposición de
aguas residuales. México, D.F.: Fundación ICA.
Zaror, C. A. (2000). Introducción a la
Ingenieria Ambiental para la Industria de Procesos . Concepción, Chile.
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